Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.
sábado, 26 de octubre de 2013
El cambio de hora
Ya me están temblando las piernas. Esta noche se cambia la hora. Ese terrible evento que ocurre dos veces al año me tiene totalmente traumatizada. Tengo una amiga a la que no hay cosa que la entretenga más que un cambio horario. En realidad creo que de no ser por ella no me enteraría siquiera de que esto ocurre, hasta que alguien me llamara la atención por llegar una hora antes o una hora después a cualquier sitio y entonces yo miraría mi reloj y diría: no, es la hora a la que tenía que venir, y la otra persona me diría: no, la hora cambió ayer. Ah, vale, no me había enterado, pues nada, pongo el reloj en hora y ya está. Bueno, en realidad eso era antes porque ahora basta con mirar la hora del móvil, que se actualiza solo, y llevarte la sorpresa de descubrir que la hora ha cambiado sin previo aviso. Avances de la técnica podríamos decir. Pero, volviendo a mi amiga, en cuanto oye en la tele el cambio de hora, le entra un cosquilleo por el cuerpo que se le nota en la cara y busca interlocutor para explicarle que, en esta ocasión, el cambio consiste en que se atrasa una hora y, por tanto ¡tienes una hora más! y te lo explica como si fuese algo milagroso, algo que nunca antes ocurrió, algo asombroso que te va a cambiar la vida. Y no tiene bastante con esto que, a lo largo del día, cuando se acuerda supongo, mira su reloj y repite: "a las tres se ponen las dos, y así duermes una hora más". Ahora son las cuatro de la tarde y ya me lo ha dicho unas tres veces. O sea, de aquí a la noche caen fijo otras tantas. Y ya, cuando has cambiado los diez relojes que tienes por cajones y estanterías, y el cambio horario se ha producido oficialmente, aún me quedan un par de días escuchando: "ves, ahora son las tres, pero ayer serían las cuatro. Es que hemos ganado una hora". Y luego viene lo de que "fíjate, ahora amanece antes y anochece antes. Para que veas". Esto ocurre tan seguro como el cambio horario. Ya he oído varias veces comentar lo de "los trastornos que produce el cambio de hora", lo que me hace pensar que nos hemos vuelto tan tiquismiquis que nos afectan cosas tan absurdas como el cambio horario, el fin de las vacaciones, la brisa marina, ... Incluso daban hoy en la televisión un programa sobre "trucos para sobrellevar el cambio de hora" . Me he distraído y no he podido ver esos trucos, así que me quedo sin saber si habría alguno apropiado para mí. Total, que otro año más sufriendo el cambio horario a pelo. Uf qué tarde se me está haciendo. Suerte que mañana voy a tener una hora más. ¿He dicho yo eso? Ay, que todo lo malo se pega.
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