Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.

jueves, 31 de diciembre de 2015

Los muñecos de whatsapp

Como estamos en época navideña me gustaría empezar con un villancico: "Los muñecos de whatsapp se dirigen al portal para demostrarle al niño su cariño y su amistad". Suficiente. Lo que yo quiero comentar sobre estos terribles muñecos es su capacidad de interpretar pensamientos, hasta el punto que podemos decir que un muñeco de whatsapp vale más que mil palabras. No domino mucho este idioma. Me pasa como con el inglés, me sé cuatro palabras y con esas lo digo todo. Igual hago con los muñecos, me apaño con cuatro: el pulgar hacia arriba, la cara con las lágrimas azules de la risa, la cara amarilla y morada desencajada con las manos en las mejillas como si hubiese visto al mismo diablo, la cara amarilla con la boca de asombro y la niña blanca y morena de pelo (como puedes elegir raza y religión...) que lo mismo te dice hola que adiós con su brazo hacia arriba, y para de contar. En contra de lo que pueda parecer, es increíble la de cosas que se pueden decir con estos cuatro muñecos. Por ejemplo, cuando recibes esos extensísimos mensajes/cadenas que lo mismo contienen un mensaje filosófico profundo de barrio, que la promesa de un premio si lo reenvías a doce personas, incluida la que te lo ha mandado, (que ya hay que ser tonto para querer recibir el mismo mensaje varias veces, o tener mala leche y obligar a la gente a que te lo envíe, aunque sea por cortesía y aunque nadie lo haya leído, pero das por saco un poquito)... Ehhh que se me va la olla. Como iba diciendo, recibes una letanía y la contestas con el pulgar hacia arriba. Es una respuesta polivalente, lo mismo puede interpretarse como.... Muy bien chiquito que se lo lea tu padre, o también, qué maravilla de mensaje me pongo ahora mismo que no tengo otra cosa que hacer a reenviarlo, o podría querer decir... Vale, tú lo has querido, te bloqueo ahora mismo que ya estoy harta de tus memeces. Lo mismo pasa con las lágrimas azules de la risa, o te estás partiendo el culo, y no vas a poner un culo ahí, que está muy feo, que lo mismo estás llorando de pena de las tonterías que tienes que leer al cabo del día (mismamente mis pensamientos), pero sin decirlo claramente, que hablar claro está muy mal visto. A nadie le interesa lo que de verdad piensas, prefieren que les sigas la corriente, aunque mentalmente les estés mandando a la porra. Mi favorita es la muñeca que saluda, sin mover una pestaña te dice buenos días, buenas tardes, buenas noches, hola, hasta luego, adiós, hasta nunca, que te parta un rayo. Para que veas lo bien que viene un icono, que te saca de más apuros que un billete de  veinte euros. Y hasta aquí llega mi reflexión, comprenderéis que cuatro iconos no dan para más. Me despido hasta el año que viene, con el propósito de aumentar mi iconoléxico.

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