Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.

miércoles, 27 de abril de 2016

Asociación de ideas

Mira que plantarme en la provincia de Ávila y no comerme un chuletón... Tiene delito la cosa. Dos días completos, con sus noches incluidas y el menú tenía menos carne que un palillo de dientes sin estrenar. Mucha vaca, cabra y oveja rellenando el paisaje durante kilómetros, en los que se te iba haciendo la boca agua pensando en chuletas y quesos, para acabar recalando en mitad del campo, con preciosas vistas y con ranas, perros y pájaros de todo tipo y flores de lo más variado, dando con gente frugal, aficionada a la ecología y la vida sana. Oh my God, que diría mi amiga Mayte si se viera privada de tal manjar. Bueno, estoy segura que ella habría mandado la ecología a tomar viento y no habría parado hasta meterse entre pecho y espalda, un par de chuletones con medio queso de cabra, diciendo eso tan suyo de "esto está de mueeeerte".  A lo peor habría cogido una escopeta y habría puesto fin al cautiverio de la jabalí descomunal que habitaba en un corral perteneciente a la casa. Y luego, para bajar la comida se habría puesto a saltar en la cama elástica, dando gritos de alegría, y se habría subido a todos los árboles de los alrededores evocando su época de joven salvaje. Aún hoy es joven, y también un poco salvaje. Se le alegran los ojos cuando cuenta sus aventuras/locuras de adolescencia y dice ese famoso "riá" que nos hace reír y con el que indica un gesto brusco, que lo mismo sirve para retorcer el cuello a una gallina, que para arrearle un mamporro a algún indeseable. Y luego, al calor de la chimenea, tras un largo día en el que todos están destrozados, menos ella, que es como una central eólica, quizás hablando de películas y con el mismo entusiasmo que si fuesen las once de la mañana, te preguntaría ¿has visto la película tal o cual? y al contestarle que no, pondría cara de incredulidad exagerada, echando el cuerpo hacia atrás, como si el pecado mortal que es no conocer esa película la empujara, y diría ¿pero chica, cómo que no la ha visto? no puede ser. Pues es, Mayte, es, no la he visto, lo juro. Y entonces ella te hace un resumen a su manera, empezando por el final y mezclando las escenas más asombrosas con sus conclusiones. Y ahí interviene Diana, callada hasta entonces, y con cara entre risa y enfado la corrige y deja claro que cualquier parecido de su historia con la proyectada en el cine, es pura casualidad. Mayte se resiste un poco, pero al final claudica concediendo la razón a Diana y, en cuanto puede, cambia de tema. Es difícil enfadar a Mayte, antes se pone triste que cabreada, pero, en cualquier caso aguanta el tipo como nadie. Total, que nos quedamos sin chuletón, pero, la verdad, no me acordé de ello hasta que no pusimos rumbo al sur, y volví a ver las vacas, cabras y ovejas por esos campos verdes sin fin. Por suerte las gambas de Huelva están buenas en cualquier sitio y con buena compañía la comida es lo de menos. Y no, Mayte no vino a Ávila, pero le habría encantado.

3 comentarios:

  1. Cuñaita no te lo podía dar todo porque sino no vuelves! Ahora voy a buscarte el mejor chuleton!!!! Pa que te mueras de gusto!!!!!

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