Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.

miércoles, 10 de octubre de 2012

El duende que te jode las conversaciones

Hay que ver lo complicado que resulta hablar con estas personas que intentan adivinarte el pensamiento. Por ejemplo, tú estás contando "....y cuando llegué a la tienda...", y esta persona te dice "ya habían cerrado", o por ejemplo, "me pusieron una ensaladilla..." y el otro "que estaba asquerosa" . Sí, vale, has acertado¡pero déjame terminar mis frases, que para eso son mías".
Luego están los rellena-huecos. Con estas personas no puedes titubear ni un segundo, porque van y te colocan la palabra que te falta. Son los comodines de las conversaciones, no se te queda ninguna frase con puntos suspensivos, te las completan todas. Veamos un par de ejemplos, uno dice, "eso tarda.......", y el otro "la intemerata"; uno dice, "me hinché de llorar con la película, era..." y el otro, que encima ni ha visto la película ni nada, remata tu frase con "un auténtico drama".
Otra complicación de las conversaciones es toparse con un sordo que oye. Puedes hablar fácilmente con esta persona, pero también es fácil que acabes mandándola a freír espárragos al poco rato de iniciar la conversación. Es necesario repetirlo todo, dos o tres veces. ¿Qué pasa, por qué no te enteras de lo que te estoy diciendo? No, si yo te oigo, pero, que no te entiendo, dímelo otra vez, por favor. O bien te dice: si, te estoy oyendo, pero justo me he acordado de una cosa, en relación con lo que estás contando oye, y he perdido el hilo un momento, ¡anda, no te enfades, dímelo otra vez, Sam! A estos sordos les preguntas de qué color es el caballo blanco de Santiago y te contestan "verde limón".
¿Y qué me dices de los porteros de las conversaciones? No dejan meter ni un gol. Siempre tienen sus historias preparadas para contártelas, lo único que necesitan es que tú intentes contarle una tuya. Es empezar con algo como...."ayer fui al cine....." y ahí terminas, porque el portero te planta delante de tu cara sus guantes de fútbol, en señal de stop, y te cuenta las tres últimas películas que ha visto, más los estrenos de los próximos dos meses y algún que otro apunte sobre actores famosos. Luego, si te quedan ganas de hablar de cine, a lo mejor tienes ocasión de añadir algo de esa película que fuiste a ver.
Así no hay quien mantenga una conversación entretenida, salvo que analices a tu interlocutor y entonces, a lo mejor te da risa.
Tengo que reconocer que un espíritu maligno se ha apoderado de mí y me obliga a boicotear todas las conversaciones con estas actitudes, adivinatoria, rellena-huecos, sorda-oyente, portera de conversaciones. Si un día, charlando conmigo, ves que hago algo de esto, (o todo a la vez, que yo cuando me pongo....), recuerda, no soy yo, es ese espíritu maligno. Ten piedad. Amén.

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