Me dí cuenta el viernes, cuando me cobraron el peaje a precio de temporada alta. Y yo con mi jersey puesto. Y pasado el peaje vi una caravana de coches intentando acceder a un pueblo playero. Y aún así, negándome a creerlo, pensé que quizás habría un concierto o una feria, porque, en mi opinión, aún no había llegado el auténtico verano meteorológico, ese que en mayo nos deja ponernos manga corta a la gente friolera, como yo. Y llegó el verano, y con él, además de los precios veraniegos, las tardes eternas que se juntan con las noches, las noches tan cortas que se juntan con el día, las siestas que quieres pero que, por unas cosas y otras, no puedes dormir, y las que duermes sin darte ni cuenta, vencida por el cansancio. Decidí tras una corta reflexión aceptar la cruda realidad, es cuarenta de mayo y estamos en verano. Eso es lo que hay. En estas circunstancias lo suyo era aprovechar para hacer mis primeras incursiones en la playa. Qué gustazo. Me encanta eso de tumbarme en la arena y dejar que el sol caliente mi cuerpo, mientras cierro los ojos y mi mente se deja llevar por el vaivén de las olas. Y estar así un buen rato, ajena al paso del tiempo, sin saber si llevo una hora o cuatro, si son las once o las dos menos cuarto.
El primer día que pisas la playa te sientes un poco tímida porque llega la hora de sacar tus blancas lorzas a pasear, pero eso se te pasa enseguida, tan pronto como pones un pie en la arena y ves ese desfile de cuerpos de todas las tonalidades y edades, a veces con formas imposibles, despreocupados, relajados, dando vida y color al paisaje, disfrutando del sol, del mar. Viendo esto me siento tranquila y pienso lo sencillo que resulta encontrar un momento de paz. Y canto eso de "antes sencilla que muerta" (¿o era al contrario?)
Oye, ¿quién ha apagado la luz? Eah, se acabó. Llegó el verano y con él las nubes. A la porra la luz y el color, la tranquilidad y el vaivén de las olas. Ay, qué poco dura lo bueno.
Pues si, paisana jejeje, tenemos un primaveraveranootoño impresionante...hombre, el invierno lo he descartado por razones evidentes....pero que el refriado de invierno de paso a la alergia, asi, como si estuvieran cogiditos de la mano....tiene mandanga....disculpa que no te contestase antes, al comentario que pusiste en mi entrada sobre Terenci, es que hace siglos que no entro en mi blog,maldita pereza...estamos en contacto, y sabiendo que somos del mismo sitio, mas todavia, jejee disculpa si no ves acentos, mi ordenador esta hoy rebelde...;)
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