Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.
miércoles, 30 de enero de 2013
Tú y Ter.
De verdad que lo intento. Yo quiero ser una persona moderna, adaptada a los tiempos, atrapada por las redes sociales, sin intimidad, con la vida expuesta en los escaparates computarizados, con "amigos" de facebook, un blog para contar mis chorradas, el whatssup en constante tintineo revelándome los más mínimos movimientos de mis contactos telefónicos, con múltiples concesiones de permisos para estar controlada de forma sincronizada en cada momento. Protegida por un ejército de antivirus y antispam que tratan de impedir sin éxito que lo más cotidiano de mi vida sean los anuncios. He vencido todas estas resistencias rindiéndome a ellas, pero hay algo que no termino de entender, y mira que lo intento: el twitter. ¿Alguien puede decirme qué sentido tiene?. Por supuesto tengo mi cuenta de twitter, en la que cuento a 112 seguidores y en la que sigo a 198 cuentas. No tengo interés en ningún tema en particular y lo único que encuentro ahí son las mismas noticias del día, que igual te las cuentan los periódicos que te las repiten sucesivamente los twitteros añadiéndoles un par de palabras, como personalizando la noticia, que en definitiva no es más que la misma triste noticia una y otra vez, con diferentes envoltorios, de ironía, de cabreo, de aplauso, ..., pero al final el mismo licor de cereza dentro del bombón. Hay tweets muy ocurrentes. Hay hashtags interesantes que dan mucho que hablar. Hay mucho famoso, mucho comentarista, mucho tweet inútil, mucho retweet absurdo, mucho insulto, solidaridad, preciosos gestos, feroces intolerancias, mucha filosofía barata. Es un mundo raro de desconocidos luchando por destacar unos sobre otros, utilizando 140 caracteres y atesorando seguidores, como el que busca cromos para un álbum. Y todo esto a una velocidad de relámpago. Los tweets aparecen y desaparecen rápidamente sin darte tiempo casi a leerlos. El twitter es como una sesión continua de cine, interminable, incontrolable. Lo entendería si fuese un concurso con premio, pero sólo para autocomplacencia....., demasiado agotador. Paso del microbloggin. Yo me quedo aquí, con mi maxi-blog, donde puedo escribir lo mismo 140 que 1400 caracteres, donde escribo a mi ritmo y a mi rollo, donde hago preguntas sin esperar respuestas, sin pretensiones ni pretendientes. Y ahora me voy corriendo a mirar mi facebook, a ver qué se cuece por ahí que hace ya rato que no lo miro y estoy intrigada, voy a contestar varios whatssup que tengo pendientes, y además tengo que revisar el correo, jugar a apalabrados, actualizar el linkedIn.....
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