Llevo días pensando en el término reflexión. Después de darle muchas vueltas creo que ya sé lo que quiere decir, así que me levanté esta mañana y me dije, ha llegado el día. Después de mis estiramientos para desarrugar el cuerpo y antes de proceder al ritual del desayuno, doblé mi torso hasta el suelo, una vez y otra más. Ya está, ya he reflexionado. Después de un rato cogí mis bártulos y me fui a la playa, que era lo que pegaba. Me acerqué a la orilla para que me diera el fresco y vi venir una bolsa de plástico más bailando que nadando. Me llamó la atención y la observé detenidamente mientras se acercaba y yo pensaba, no, si me voy a tener que quitar para darle paso y todo. En éstas estaba cuando la bolsa saca una cabeza de pez y después la hunde y saca su cola chapoteando. Ostras, es un pez. No entiendo de peces en crudo, pero si de los cocinados, y me parecía a mí que eso debía ser una carpa disfrazada de lubina. Muy grande, por cierto. La lubi-carpa se acercaba a la orilla haciendo lucir su cuerpo plateado, lanzando destellos que provocó que empezara a acumularse gente a mi lado. Primero llegó una mujer mayor con porte atlético y dice, qué le pasa al pescao éste, está raro, no? Eso es que está malo porque habrá comido plásticos y cosas de esas, seguro. Y yo le digo, pues seguro. Si es que algunos peces están zumbados, mira que comer plástico. Y la mujer repite, eso es que está malo porque habrá comido plásticos y cosas de esas, seguro. Y añade, como la gente echa de todo al mar. La miro y le digo, pues seguro. Y en lo más apasionante de esta conversación viene una franchute y pregunta algo en francés. La miramos a ver si es que no la habíamos entendido y la mujer mayor me mira como pensando qué dice ésta y se vuelve con cierto tono de "qué tontería" y le dice, pero qué dices, que está mala, que se ve que ha comido plásticos y cosas de esas, seguro. La franchute miró al pez y volvió a decir algo, pero para entonces yo había desconectado y estaba pendiente del otro flanco al que había llegado otra mujer, típica de la tierra, con su móvil, para grabar las acrobacias de la lubi-carpa y que piensa en voz alta, Uy, que raro, parece que quiere salir del mar, debe ser que nació aquí y ahora vuelve a sus orígenes. Luego nos mira y dice, vaya no sabía yo que los peces buscaban un sitio particular para morir. A todo esto, miro a mi amiga, que llevaba allí todo el tiempo soltando carcajadas con cada comentario que oía, y es que no era para menos, y veo que está pendiente de otra conversación cercana y presté atención. Era una pareja de mediana edad que observaba con atención a la lubi-carpa. El hombre, porque era una pareja típica, con su hombre y su mujer, y su sombrilla de playa, levanta la cabeza para ver con qué audiencia contaba y sentencia: "es que ha perdido el sentido del equilibrio". Toma ya. Y se largó, supongo que temeroso de seguir oyendo las carcajadas de mi amiga que ya, con este último comentario, estaba que se partía. Lo último que oímos, mientras abandonábamos el escenario suicida de la lubi-carpa fue, " parece un tiburón pequeño. Vi a mi amiga riendo mientras hacía una flexión y otra más. Eso es reflexionar y no lo de esta gente. Tiburón ni tiburón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario