Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.

domingo, 1 de julio de 2018

Ispañoli (capítulo 4) "Denominación de origen"


Primera mañana en territorio extraño. Preparando el viaje vimos que Córcega tiene variados vinos y hasta nueve denominaciones de origen, lo que suponía un auténtico aliciente para la tercera pasajera y para mí, aficionadas como somos a catar vinos de toda clase, que no de todos los colores, ya que nos tira más el rojo, en todos los sentidos.
Así que pusimos rumbo al mundo enológico, empezando por el norte, para recorrer el Cap Corse con tranquilidad, disfrutando del paisaje, haciendo un alto en Centuri donde probaríamos la famosa langosta de "La Macciotta". Uy, esto parece una reseña de la guía Michelín y no van por ahí los tiros, porque los únicos michelines dignos de reseña son los que portábamos en nuestros caparazones.
Andando, que es gerundio, recorrimos la costa viendo pequeños pueblos de grandes vistas, hasta que una puñetera curva nos metió de lleno en una montaña, y después otra, con su correspondiente interminable carretera de montaña, con sus cada vez más altos acantilados que te ponían los vellos como escarpias, con sus frondosa vegetación entre la que, cuando menos te lo esperabas, aparecía un pueblo a modo de imitación en miniatura de las casas colgantes de Cuenca. Y el tiempo y los kilómetros iban pasando nublando a tal punto mi mente, que empecé a ver langostas y botellas de vino colgadas en los árboles.
Y al fin empezamos a bajar de las nubes, aterrizando lentamente en el destino buscado.
Llegamos pronto, así que no encontramos mesa. Así es allí la cosa: si llegas pronto es tarde y si llegas tarde no comes. Recomiendo hacer noche en el lugar escogido y saltarte el desayuno, total no es tanto rato y así juntas un poco de hambre, hombre. Mientras esperábamos que nos dieran mesa observamos a una pareja dando cuenta de unas langostas olímpicas, aunque no podíamos verles las caras por el enjambre de moscas que tenían en la mesa. Qué asco más grande!!. A la porra la langosta, que es comida de moscas. Nos dan mesa y pedimos unas cervezas. Aquí descubrimos una de las maravillas de Córcega, la Pietra ambrée. Nos gustó tanto que la adoptamos como mascota y nos acompañó todo el viaje. No así con las moscas, con las que nos enzarzamos en una pelea que ganaron ellas, sin duda. Y ahora a buscar el vino. Y venga a buscar y venga a buscar. Y venga a encontrar un montón de cavas, sobre todo en Patrimonio, pero todas cerradas.
De verdad que esta gente es rara, pero qué extraños horarios tienen, no hay quien entienda esto. En esas cábalas estábamos cuando un resplandor nos cegó. Haciéndonos perder casi la conciencia, y en esa somnolencia vimos como se nos acercaba la virgen de Torrelodones y con voz susurrante nos dijo: !Gilipollas, que es domingo!!. La luz se apagó y nos despertamos de golpe descubriendo en ese instante cómo llegan los mensajes divinos, lo tont@s que somos y, sobre todas las cosas , que ese día no íbamos a comprar vino.

Anda que..

1 comentario:

  1. No ha sido nada fácil publicar esta entrada. El blog me está dando problemas. Pero, después de cuatrocientas operaciones ahí está. Espero que os guste.

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