Las tres cuartas partes de mi actividad son mentales. Pienso que paso demasiado tiempo pensando. Pienso que tengo que pensar menos y hacer más. Pienso que pensar tiene su tiempo, y lo tengo que encontrar.

martes, 11 de septiembre de 2012

Historias del hospital (2ª parte, 29/08/2012)




Alguna mujer piensa que su empresa debe darle las gracias por ir a trabajar. Eso, y pagarle el sueldo. Por ello se permite el lujo de desaparecer de su puesto cuando le apetece, porque ella lo vale. Relato. Tengo las siguientes instrucciones: cuando llegues al hospital te acercas al mostrador y le dices a la enfermera tu nombre y la máquina que te corresponde. Vale, es sencillo. Pero nadie me ha dicho qué hago si la enfermera no está. Tampoco se lo han dicho al resto del personal, por lo que no puedo copiar a nadie. Eah, eso es lo que hay. Por fin llega, relajada, sin prisas, total ella tiene que estar ahí hasta las 9 de la noche, ¿para qué va a correr? si la gente que la esperamos no tenemos nada que hacer, de hecho vamos al hospital por gusto, a dar por saco, a hacer gasto, más concretamente vamos a joderla a ella, así que ya nos jode ella antes por si acaso. Bien, ya la tenemos en su puesto, se sienta, te mira con cara de fastidio. Tú le pones tu mejor sonrisa y le dices "buenas tardes" y no le dices "cacho cabrona", mi nombre es Inmaculada Muñoz, máquina 1. Y ella, te sonríe con desgana, mira la pantalla del ordenador con la cabeza muy alta y te dice, Ana Miranda ¿no? No, Inmaculada Muñoz. A ver.... ah, sí, Pilar Morales ¿no?. Te callas pensando ¿esta tía está de cachondeo, o de verdad es así de tonta? y le vuelves a decir, ahora elevando la voz, Inmaculada Muñoz, máquina 1. Ah, sí, ya está. En ese momento me doy cuenta que tengo las cejas más de punta que Zapatero y los dientes apretados. Y pienso, señor, dame paciencia porque si me das fuerza....


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